viernes, 12 de enero de 2007

Un cuento

Un líquido blanco salía de su boca; que al contacto con el aire se transformaba en una sustancia brumosa, de la que están hechos los sueños.
Tejía y tejía en un rincón de la sala, por miedo a los espacios grandes.

La muerte, las oscuridad, los fantasmas…ideas con las que solían atemorizarle de pequeña, no le asustaban, había aprendido a tejer con ellas las pesadillas de otros (son sueños, al fin y al cabo).
Pero el vacío, la inmensidad de la sala...eso era otra cosa.

Un día decidió tejer un sueño. Uno de esos que no duran una noche, sino una vida. Primero ideó el sueño; empezó a imaginar cuán bello quedaría un punto, después un zurcido y siguió imaginando encajes, florituras y volutas… tardó varios días en tener toda la imagen en su oscura cabecita.

Y decidió empezar. Al principio le resultaba complicado, ya que estaba acostumbrada a su nido en el rincón; y cuanto mas tejía, mas difícil le resultaba mantener el equilibrio sobre el tapiz. Cuando apenas lograba sostenerse sobre si, tuvo una idea: buscar un punto de apoyo… decidió arriesgarse: todo o nada. Llenó la boca de líquido, hasta que no le cupo más, dió un gran salto, y se agarró con sus largas patas al otro rincón.

Resultaba que también, vivía en ese rincón otra criatura parecida a Ella, y la invitó a participar en su creación.
Con el punto de apoyo, todo era mas fácil... podía seguir tejiendo en más direcciones que desde su oscuro rincón, y contaba con una ayuda extra para la labor. Eso si, ya la imagen que tenía de su maravilloso tapiz era algo diferente a como estaba quedando. Estaba… diferente. Pero Ella siguió, erre que erre a su labor.
Se dio cuenta, al poco, que aunque tenía su propio punto de apoyo, y otro en el otro rincón, quizá le hicieran falta unos pocos más. Así que fue caminando por su tela de araña, y cuando veía que se iba a hundir, escupía hacia el techo y los unía..
Una vez terminado el proceso, siguió añadiendo detalles a su obra maestra, que iba creciendo en longitud, complejidad y belleza.

Un día, mientras seguía trabajando, escuchó un vuelo familiar.
Hacía tiempo, bastante tiempo, había conocido una mariposa extraordinaria: sus colores eran vivos, sus proporciones, perfectas…su vuelo…glorioso; así que Ella, admiradora de lo sublime, decidió que no la comería… y entablaron algo más que amistad.
Se dio la vuelta, y vio que aquella maravillosa mariposa, si, su maravillosa mariposa, estaba al otro lado de la inmensa telaraña. Habló con ella, intentó comunicarse, pero la mariposa decidió marcharse al ver que una inmensa tela blanca la separaba de Ella.

Entonces, por primera vez, Ella miró la obra completa.
No era exactamente su sueño, no era exactamente lo que tenía pensado... pero estaba satisfecha, su telaraña era grandiosa.
Decidió mirar de nuevo para guardar en sus miles de ojos la imagen del vuelo de su mariposa; Entonces, se dio cuenta de que en su obra imperfecta pero casi terminada, varios puntos negros se movían intermitentemente.

“Oh! No!” Pensó. “Con mi gran telaraña he dejado que otros se enredaran en mi red y se estén muriendo ahogados”

Tenía que actuar, tenía que evitarlo, así que reforzó el hilo hasta casi tensarlo con la otra criatura y empezó a romper la telaraña alrededor pensando “además esta estúpida creación en la que vivía me ha alejado de mi ser más preciado”

La araña tenía miedo al vacío… pero las criaturitas que estaban en su creación, nos solo eran insectos atrapados... también algún que otro ser hizo de ese sueño su hogar. Seres que también tenían miedo al vacío y cayeron en el.
FIN.
Es solo un cuento
Os sigo queriendo.. aunque no importe

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